El CRISTAL EMPAPADO
«¿qué haces tan sola?»
le dije a la Luna al verla pasar
por delante de mi portal.
te he visto romperte las manos y dibujar
los tejados de tu desolación
y después cada noche
lo he visto caer.
“mi cama está libre si quieres te invito;
yo creo que hay sitio para los dos
si te quedas al amanecer.
allí te esperaré”.
de tanto buscar me colgué
de una estrella fugaz
y un día me dijo adiós
y perdí su estela en un olivar.
y es tan honda la pena
que llevo colgada del hombro
y estoy tan perdido
que vuelco el camino y al volver
ya no sé dónde estoy.
“mi cama está libre, si quieres te invito;
yo creo que hay sitio para los dos
si te quedas al amanecer.
allí te esperaré”.
he perdido el perdido el norte
que llevaba a tu nombre, y ahora no sé por qué
no encuentro palabras que definan tu nombre.
y ahora empiezo a pensar.
Que he perdido el mapa de tu corazón
el pincel empapado en alcohol,
alcohol que empañaba el cristal
que no cabe duda que no va a ser fácil romper
sin sangrar sobre la habitación.
Escapa que ahora te veré,
que no cabe duda que no vas a hacerlo mejor.
El campo se hace campo a través,
a través de tus huellas y yo
me siento cansado. Tal vez
decidas volver a tropezar.
Yo aún me quedo esperando tu piel.